Más allá de los cojines que solemos colocar para aportar algún toque decorativo a la cama, hay muchos otros elementos de los que nos podemos servir. La cama es el centro de nuestro dormitorio y no debemos desatender su aspecto. Más allá de lo evidente – una cama hecha y limpia – hay que considerar una decoración que nos transmita aquello que deseamos que nos aporte.
Te presentamos algunas ideas inspiradoras para que puedas introducir en tu dormitorio y así añadir elegancia, calidez o frescura, orden o sofisticación a tu cama. Busca en primer lugar qué es eso que deseas conseguir y, posteriormente, adapta alguna de las ideas que te presentamos para que, en consonancia con el resto de la decoración, obtengas el resultado deseado.
- La ropa de cama. Aquí, dependiendo de si utilizas edredón nórdico con funda o colcha, tienes más o menos opciones. Es buena idea utilizar un edredón nórdico con varias fundas (hay muchos trucos en internet para cambiar la funda sin tener que ser un deportista olímpico) y alternarlas con el paso de las semanas. Elige fundas de algodón, de tonos o motivos que encajen con el resto de la decoración y que te inviten al descanso. Si prefieres utilizar una misma colcha para toda la temporada, considera completar la decoración de la cama con alguna manta a pie de cama o plaids en tonos combinados.
- Banco a pie de cama. Busca el estilo adecuado y elige entre bancos tapizados, de madera, incluso algún baúl. Hay un truco infalible que es combinarlo con el cabecero para que dé más sensación de unidad. Este banco o banqueta te puede servir de asiento adicional, te puede ayudar a descalzarte o para preparar la ropa que utilizarás al día siguiente. Eso sí, evita acumular prendas innecesarias aquí para que, a la larga, no tenga mal aspecto.
- Coloca alguna alfombra. Aquí piensa si quieres una alfombra a cada lado de la cama, estrecha y con el largo de la cama o si prefieres una alfombra a pie de cama. Esta última opción, si dispones del espacio, te puede aportar mucha calidez al espacio. Busca y elige bien el diseño y el material (especialmente si tienes mascotas o alergias) y sube el nivel decorativo de tu dormitorio.
- Un cabecero decorativo y práctico. Este elemento, al que no le damos la importancia que se merece, ayuda a poner el foco que buscamos en la cama. El estilo y su utilidad, más allá de su función básica, nos pueden aportar un extra inesperado. Por ejemplo, puedes colocar un cabecero que te permita colocar algunos libros o elementos decorativos. También puedes hacer una composición de láminas y espejos a modo de cabecero.
- Atrévete con un dosel… si tienes el espacio. Los hay de diversos diseños y tamaños y, aunque ocupan un volumen visual bastante importante, hay algunas alternativas – metálicas fundamentalmente – que resultan bastante ligeras. El toque de elegancia y diferenciador que aporta un dosel es innegable, si bien es cierto que no es apto para todos los espacios o todos los gustos.
Pocas cosas más sosas hay que una cama sin decorar. Muchas veces creemos que no merece la pena tener sobre ella elementos a los que no damos uso o que nos van a hacer perder tiempo a la hora de ordenar la cama todas las mañanas. Léanse cojines, mantas, plaids, etc. Sin embargo, también debemos pensar que el resto del día, esa decoración, en conjunto con la del resto de nuestro dormitorio nos aporta armonía y personalidad.
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Autor:
Gema Armenta
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