Has hecho una de las inversiones económicas más importantes de tu vida comprándote una vivienda. Tienes por delante un lienzo en blanco que necesita diseño y decoración. Pues bien, es muy razonable plantearse la siguiente pregunta: ¿y ahora qué? El reto de decorar tu casa puede ser mayúsculo porque quieres sentirte lo más confortable posible en ella, y es muy fácil caer en errores que tienen que ver con modas, ciertas tendencias que vemos en redes sociales o con “ese sofá gigantesco que probé en un centro comercial y que quiero tener a toda costa”.
Si no se está habituado a ver espacios desnudos e imaginarse cómo componerlos, es normal que todo nos parezca pequeño o que no tengamos claro por dónde empezar. Pero hay múltiples soluciones para solventar este problema en función del tiempo, el presupuesto y nuestras ganas.
Decoradores profesionales
Recurrir a un profesional interiorista o asesor de decoración puede facilitar la papeleta. Con su saber hacer, especialmente si tenemos una vivienda con algún descuadre o demasiados pilares que salvar, puede aportar ideas y soluciones muy creativas para conseguir el resultado deseado. Además, el proceso puede ser muy divertido cuanto mayor sea la implicación de ambas partes. Esta opción requiere un presupuesto más alto que otras alternativas, pero tiene resultados con más garantías de éxito y se hace necesaria cuando se dispone de poco tiempo.
Asesoría online
Si se tiene un presupuesto más ajustado, hay una alternativa interesantísima a medio camino entre contratar a un profesional y hacerlo uno mismo: la asesoría online. Hay diversas plataformas que ofrecen un servicio de asesoría por estancias. Se analiza el espacio disponible a través de vídeos o fotografías y, en función del estilo marcado y el presupuesto del que se disponga, se elabora un diseño integral para cada estancia o la que se elija, incluyendo tonalidades, tipo de tejidos, muebles y elementos decorativos. Algunas incluso elaboran el listado y hacen la compra por uno mismo, también con envío y montaje en la vivienda. Sin duda es una opción que puede ser más económica y también puede arrojar un muy buen resultado, ya que todo está consensuado de antemano. La desventaja con respecto a la elección anterior es que puede ser un poco más aséptica y resultar algo fría.
Diseñar tu propio espacio
Cuando la opción es que no hay otra opción más que la de decorar directamente, sin intermediarios, no es necesario lanzarse al mar sin salvavidas. La tecnología ofrece alternativas en forma de aplicaciones o software, algunas gratuitas, o de muy bajo coste, para diseñar espacios y para que, si nos tenemos que “equivocar”, sea en la tablet o en el propio teléfono móvil. Más vale invertir un poco de tiempo antes que lamentar haber comprado más muebles de los necesarios o haber hecho “combinaciones extrañas”. Estas aplicaciones permiten diseñar las estancias de manera muy precisa, ofrecen la posibilidad de decorar paredes, suelos y completar con muebles y elementos decorativos. Lo complicado aquí es “aterrizar” esas ideas que hemos plasmado en la tablet en la realidad de nuestra vivienda. Para ello también es imprescindible tener algo más de tiempo, para dar con el sofá que nos gusta o la lámpara que más encaja.
Hay algunas ideas fundamentales a tomar en cuenta para conseguir un buen resultado cuando uno mismo hace el trabajo. Hay una regla básica en la decoración que consiste en utilizar los colores en una proporción 60/30/10, de manera que se utiliza un color “dominante”, que será nuestra base, con otro de “secundario”, para dar contraste y terminar con otro color de “acento” que haga destacar algunos puntos dentro del conjunto. Otra regla que considerar es que, idealmente, deberíamos colocar muebles que ocupen solamente un tercio de la estancia intentando, a la vez, garantizar la fluidez de la entrada de luz natural y el movimiento dentro de la estancia.
Es muy fácil dejarse llevar por las innumerables fotos que vemos en redes sociales de salones de ensueño, pero es importante tener en cuenta que nuestros espacios, en realidad y casi con toda probabilidad, son de menor tamaño y que, dentro de un estilo personal que debemos tener claro antes de hacer compras, sería ideal buscar la practicidad. No sirve de nada tener una mesa de comedor con seis sillas para celebraciones puntuales porque, por un lado, suponen un coste adicional y, por otro, ocupan un volumen muy considerable sin aportar nada a cambio.
Que el resultado sea armónico y tenga sentido estéticamente hablando, es algo más complicado de conseguir, pero aquí sí es importante reivindicar un estilo personal, que ha de estar claro en cada paso, así como – y esto es lo más importante – crear ambientes en los que estemos a nuestro gusto y sintamos, con esa ilusión que tenemos por comenzar esta nueva etapa, que estamos construyendo algo que nos va a satisfacer en el largo plazo.
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Autor:
Gema Armenta
Esperamos que os haya sido útil el artículo «Ya tengo mi vivienda. Y ahora, ¿por dónde empiezo?«. Recuerda inscribirte en nuestra newsletter para estar informado de todas las novedades de Obra Nueva en Málaga y noticias relacionadas con el mundo inmobiliario. Quiero inscribirme ahora
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