Por más que nos queramos resistir, somos víctimas de las tendencias y, cuando a nuestra casa se refiere, intentamos aplicar las modas en la decoración en función de nuestro gusto. Hojeamos revistas o publicaciones de casas a la última y, como es natural, lo queremos aplicar. Las tendencias cambian cada vez más rápido y, por sostenibilidad o por economía, no podemos adaptarnos a esas tendencias como nos gustaría.
Si echamos la vista unos años atrás, podemos rememorar algunas tendencias que arrasaron en su momento y ya se encuentran desfasadas. Os presentamos una lista (no exhaustiva) a continuación en la que expondremos algunas de esas tendencias que ya deberíamos pensando en dejar atrás:
- Pintura decorativa en las paredes. Los primeros dosmiles ya pasaron y estas “creatividades” del tipo rodillo o cenefas decorativas, estucos venecianos o esponjados dan a las estancias un aspecto absolutamente anacrónico. En su lugar, paredes lisas y de tonos neutros pueden facilitar que apliques soluciones decorativas que tarden más en pasar de moda. Hablaremos sobre esto más adelante.
- Papeles decorativos excesivos y recargados. Esta moda llegó pisando muy fuerte y, ciertamente, muchos espacios más bien sosos, pasaron a ser muy atractivos gracias a estos revestimientos. La cuestión, como con todo lo que supone un exceso, es que ya nos hemos cansado de ellos. Los papeles con motivos muy grandes o los tropicales ya han pasado de moda. Las tendencias actuales, mucho más inclinadas a la sencillez y a la naturalidad son difícilmente conjugables con los papeles decorativos con grandes motivos decorativos.
- Estanterías con cajas de madera. Imagínate el estudio de pintura en el que también vive un artista. Normalmente, a no ser que tenga gran reconocimiento, no tendrá grandes recursos económicos para decorar su estudio, aunque sí mucha creatividad. En este contexto, es muy razonable que utilice cajas de almacenaje de madera para apilarlas y así conseguir una estantería con muy bajo o nulo presupuesto. Pues bien, resulta que muchísimos hogares se han llenado de este tipo de cajas que, una vez pasada la moda, adolecen de todo sentido. Fue una moda simpática, pero ahí la debemos dejar, en anécdota.
- El estilo shabby chic o recargar los espacios sin sentido. Más allá del propio estilo al que hacemos referencia – que bien aplicado puede tener lógica – utilizarlo con la excusa de llenar todos los rincones con elementos que no aportan nada ya no tiene cabida. También debemos desechar esas tendencias de llenar las paredes de cuadros o hacer composiciones con ellos que rocen o sobrepasen el exceso. El horror vacui no está nada de moda. ¡Ah! Las mariposas, tampoco.
- El DIY mal acabado o piezas rescatadas fuera de lugar. Es necesario darle una segunda vida a algunos muebles o elementos que, por el paso del tiempo, necesitan algo de cariño y un cambio de look para encajar con nuestra decoración. Pero aquello de reutilizar la rueda de un coche de caballos como mesa de centro ya quedó atrás. Aunque el propósito puede ser muy noble, las nuevas tendencias han dejado esta otra totalmente demodé.
Aunque pueda resultar algo conservador, lo ideal sería construir espacios con bases neutras a las que poder aplicar las tendencias con ligeros cambios con el paso de las temporadas si son de nuestro gusto. Más vale comprar un sofá de calidad, con diseño y tonos neutros, al que le podamos cambiar el estampado de los cojines si nos apetece, que uno muy en tendencia que veremos horrible pasado un tiempo. Esa inversión que se debe hacer para adecuar el mobiliario y la decoración de nuestra casa, debe ser inteligente. Lo mismo debería suceder con nuestra vestimenta o con cualquier decisión de compra que tomemos pensando en el medio o largo plazo.
Debemos primar la calidad, evitar acumular sin sentido y pensar bien lo que compramos, sin dejarnos llevar por los impulsos. En el caso de la decoración, lo ideal es decorar paredes y espacios con muebles y elementos que no supongan un gran impacto visual a priori, pero que en conjunto tenga armonía y te haga sentir bien. Luego llega el momento de los detalles que te apetezca añadir que no supongan una gran inversión si los quieres sustituir si, con el paso del tiempo, quedan obsoletos.
Autor:
Gema Armenta
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