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OMAU - obranuevaenmalaga

El OMAU nos abre los ojos

Quien nunca haya sucumbido en la autocomplacencia que tire la primera piedra. Lo importante en estos casos es saber gestionar aquellos momentos de euforia que la vida nos “regala”, valorarlos en su justa medida, sin abusar de sus embriagadores aromas que pueden transportarte a un mundo ficticio del que resulta difícil salir sin caerse. Huir de la cegadora euforia para pasar página y fijarse en todo lo que queda por hacer. Tener las herramientas que permitan ser consciente de lo que uno era, es, y todo lo que le falta para ser mejor.

Málaga está de moda, o mejor dicho sigue de moda: “Five reasons to live in Málaga” (Financial Times (17/02/2020), “Málaga, en boca de todos” (El País, 04/12/2022), “Málaga un foco de arte cálido y cosmopolita” (National Geographic, 21/12/2022), “Zwischen Google und Picasso” (Frankfurter Allgemeine, 29/03/2023), “Exploring Picasso’s Málaga” (New York Times, 14/04/2023) … Durante estos últimos 25 años hemos visto como la ciudad de sol y playa se ha ido transformando hasta conseguir ser el tercer polo de atracción tecnológico nacional detrás de Madrid y Barcelona (!) mientras seguía afianzándose como destino turístico de referencia.

Málaga ha sabido ponerse en el mapa y generar una atmósfera dinámica, una maquinaria propicia para atraer numerosas iniciativas y proyectos que se retroalimentan unos de otros: la peatonalización de calle Larios y de su entorno, el Palacio de Feria y Congresos, la Estación del AVE, la terminal T3 del aeropuerto, la nueva Estación Marítima y la transformación de los Muelles Uno y Dos, el desembarco del Museo Picasso, del Pompidou, del Museo Ruso, del Thyssen y recientemente del CaixaForum, la regeneración del Soho, la reforma de la Alameda y del Parque, la nueva Marina deportiva de San Andrés, la llegada del Rafa Nadal Club y la candidatura a la Expo 2027 pendiente de la confirmación definitiva prevista para junio. Hay que reconocer que se respira un ambiente de cierta euforia que nos recuerda a muchos la energía que irradiaba la Barcelona del 92.

Por eso debemos ser cautos y autocríticos, conscientes de que todo éxito tiene su zonas oscuras y que tenemos que ser capaces de identificarlas para seguir mejorando. Málaga no es una excepción a la regla y el OMAU (Observatorio del Medio Ambiente Urbano) se ha enfundado el traje del aguafiestas para darnos un oportuno y bienvenido baño de realidad.

En su último libro de los indicadores de la Agenda Urbana 2022 el OMAU nos entrega una gran cantidad de datos que permiten diagnosticar las dolencias que padece nuestra ciudad detrás de su envidiable y llamativo aspecto. Los números tienen la ventaja de ofrecer una visión que permite señalar tendencias e identificar síntomas silenciados por el ruido mediático, pero que no son por ello menos importantes. El informe es extenso y da muchas pistas de trabajo para la sociedad malagueña en su conjunto. Por mi parte me limitaré a destacar algunas cifras que me han hecho tomar consciencia de realidades urbanas que no desconocía pero que involuntariamente (?) he mantenido apartadas en un rincón de mi mente.

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Pobreza y exclusión social. Quizás sea el indicador más preocupante: los porcentajes de población que viven en riesgo de pobreza y exclusión social en Málaga alcanza el 23% de la población. La pobreza infantil supone el 40% y los niveles de renta familiar disponible continúan siendo los más bajos de España. Urbanísticamente esto se traduce en la existencia de algunos barrios que se mantienen desde hace décadas al margen de la ciudad.

Llevo más de 25 años en Málaga y me da cierta vergüenza constatar que los Asperones siguen existiendo…un gueto a escasos metro del campus de la UMA, una anomalía urbana con ciertos tintes irónicos.

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Distribución de espacios verdes. “Málaga será Almería dentro de 80 ó 90 años como ambiente. No tanto desierto como el paisaje. Lloverá poco, pero intensamente, con mucha erosión y mucho desmantelamiento de suelo. En pocos años tendremos las condiciones climáticas que Almería posee en la actualidad” (José Damián Ruiz Sinoga, catedrático de Geografía Física de la UMA). Considero la zonas verdes como una infraestructura urbana más, fundamental para mitigar los efectos del cambio climático y fomentar el correcto funcionamiento de una ciudad, más aún en los barrios con rentas bajas. Nada mejor para revalorizar un entorno urbano. Las actuaciones llevadas a cabo en otras ciudades han demostrado sus efectos socioeconómicos sobre los barrios y sus habitantes. Málaga, con una media de 11,35 metros cuadrados de zonas verdes por habitante no sólo está por debajo de los 10-15 m2 y lejos de los números de la mayoría de las ciudades europeas, sino que además están desigualmente repartidas, tal y como lo subraya el OMAU: “En El Limonar hay 65 metros cuadrados de zonas verdes por habitante. En La Trinidad 3.63, en La Bresca 0.21, en Pinares de San Antón 76 y en La Palmilla 2.83 metros cuadrados de zonas verdes por habitante”.

Vivienda de alquiler. Con un 11% de viviendas de alquiler Málaga, cómo el resto del país, sigue lejos del 25-40% que podemos encontrar en otros países europeos. Una deseada diversificación del mercado que facilitaría la movilidad geográfica y adaptación a las situaciones familiares pero que sigue fuertemente ligada al sector privado y rentabilidades del sector: “El problema de falta de viviendas de alquiler a un precio asequible iniciado en el Centro Histórico se ha ido extendiendo por toda la ciudad, y afecta especialmente a los jóvenes, y a los estudiantes que difícilmente pueden encontrar un lugar de alojamiento”.

La solución es compleja, pero pasa obligatoriamente por un aumento de la oferta. Para ello hay que actuar sobre varias palancas de manera que se fomente la puesta en alquiler de más viviendas: dar mayor seguridad jurídica a los pequeños propietarios (representan más del 90% del parque de viviendas de alquiler) y en paralelo establecer mecanismos para atraer la inversión privada empresarial en el sector. Actuar directamente sobre la oferta existente limitando los precios por debajo del IPC sólo será efectivo a muy corto plazo, provocando progresivamente un trasvase masivo de viviendas de alquiler hacia el mercado de compraventa y reduciendo aún más una oferta ya de por sí muy débil.

Precio de la vivienda. Desde 2014 la curva de crecimiento de precios de la vivienda está claramente muy por encima de la inflación, un diferencial que aumenta año tras años. Nos encontramos con una devaluación en cubierta del salario, que unida al incremento de los intereses está dejando fuera del mercado inmobiliario a una parte cada vez más importante de la población local. Una situación que contrasta con el 45% de compradores que no requieren de crédito hipotecario.

Población. El crecimiento de la población de la ciudad desde 2015 ha sido superior a 7.000 personas, pero cabe destacar que cada año salen de la ciudad más de 5.000 personas (de entre 25 y 40 años) que se ve compensado por la llegada de un número superior de población que viene a instalarse en nuestra ciudad, de los cuales 1 de cada 3 es extranjero. El OMAU opina: “Podríamos pensar que esta situación puede estar vinculada a los procesos de gentrificación y expulsión de la población residente ante el fuerte impulso de la actividad turística, hoteles, apartamentos y viviendas turísticas. Posiblemente una parte sea debido a ello, pero otra tenga relación con la emancipación del hogar paterno, y las dificultades para encontrar vivienda a precio asequible en Málaga”.

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Que cada uno saque sus conclusiones, pero dudo mucho que Málaga muera de éxito, aunque nuestra ciudad corre el riesgo de recordar con nostalgia estos “años locos”, arrepintiéndose de no haber sabido sacarle todo el provecho posible. Esta sinergia malagueña que se respira en el ambiente no será eterna. Toca actuar con inteligencia pensado en cada uno de los barrios que conforman la ciudad y reteniendo el joven talento local que paradójicamente huye de “Málaga, la ciudad redonda”…

 

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José García Ruiz - obranuevaenmalagaAutor: José García Ruiz

Arquitecto coordinador de ejecución en el Estudio Ángel Asenjo y Asociados de Málaga

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