¿Alguna vez te has parado a pensar en el efecto mariposa que desencadenas con tus decisiones profesionales?
Yo sí.
Si hay algo que diferencia a nuestro sector de los demás es su extraordinaria inercia. El aleteo de la mayoría de nuestras actuaciones diarias verá sus frutos en meses o incluso años. Esta es una de las razones por las que, a corto plazo, no habremos solucionado el problema del acceso a la vivienda, salvo que la administración pública actúe inteligentemente (sin buscar el efectivísimo fácil) sobre las palancas fiscales para aumentar la renta disponible de determinadas franjas de la sociedad, cuando quieran acceder a un hogar, ya sea de alquiler o en propiedad. Gran parte de la situación actual se origina en el progresivo enraizamiento de una cultura del bajo salario que está lastrando la economía y la vida de gran parte de la población. Desgraciadamente, quien busque ahora mismo una vivienda tendrá que hacer muchas concesiones…y no solo económicas.
Pero volvamos al tema que he mencionado al principio. De todos los actores involucrados en el sector residencial, el arquitecto es el que tiene más capacidad para alterar el futuro. No somos conscientes de ello, pero desde el primer trazo de lápiz sobre el papel vegetal boceteando ideas hasta el último clic de ratón necesario en la elaboración de los planos definitivos, todas nuestras acciones tendrán su eco en el futuro: el presupuesto, el edificio, la vivienda y su habitabilidad, el barrio que acogerá el proyecto… una multitud de ramificaciones, algunas más sorprendentes que otras, pero todas con un mismo origen: la mesa de trabajo del arquitecto.
En cada una de las promociones en las que participo me asaltan las mismas cuestiones: cómo quedará la obra y cuál será su impacto a primera vista. Aunque hoy en día tenemos a disposición excelentes herramientas de visualización, no consiguen trasmitirme aquella contenida emoción que experimento al descubrir un edificio en persona. Son inquietudes arquitectónicas que se desvanecen con el tiempo y el constante encadenamiento de proyectos que mantienen nuestro intelecto anclado en el presente.
Pocas son las veces que mi yo del futuro se acuerda del origen de uno u otro diseño al verlo finalizado. Ojalá pudiese, mediante cualquier app de mensajería, contactar con mi yo de 2027 para preguntarle acerca de este proyecto que me tiene actualmente ocupado. Desgraciadamente la tecnología actual no lo permite, así que esta vez, aprovechando la tribuna que me ofrece obranuevaenmalaga.es voy a tomar el tiempo y la libertad de escribirme un mensaje a modo de pequeña cápsula temporal.
Estimado yo:
Te dejo estas notas relacionadas con el proyecto en el que estoy inmerso en este principio de año 2024. Tengo algunas dudas acerca del camino que voy eligiendo y de cómo va evolucionando el edificio. Estoy tomando ciertas decisiones que requieren confirmación por tu parte. Lo tienes fácil, dado que, para cuando leas estas líneas, el conjunto en cuestión estará finalizado y entregado a sus propietarios.
Empiezo.
Te confieso que estoy muy ilusionado, pero también preocupado sopesando varias opciones. Es un reto importante, que implica muchos aspectos técnicos, estéticos, funcionales y sociales. Quiero contribuir a que el edificio sea eficiente, confortable, bello y armonioso con el entorno. Que respete el medio ambiente, genere su propia energía (o por lo menos gran parte de ella) reduciendo las emisiones y los residuos. Que sea una suerte de acogedor refugio para las personas que lo habiten, y les aporte valor y calidad de vida.
¿Lo conseguimos?
¿Qué opinión tienes de él ahora que han pasado los años? Me gustaría saber cómo ha evolucionado tu visión y tu criterio como arquitecto, y si estás satisfecho de lo que hiciste en aquel entonces.
En estos momentos estamos intentando cerrar el presupuesto. ¿Cómo se desarrolló la fase de licitación? ¿Solicitó el cliente nuestra colaboración? Es una etapa en la que miran con lupa el proyecto y siempre se aprende algo. Sería interesante saber si las ofertas estuvieron dentro del rango de nuestra estimación. ¿En estos años subieron mucho los precios? ¿Hicieron las constructoras muchas consultas? ¿Plantearon cambios? Perdón por la pregunta, siempre lo hacen. ¿Supimos defender el proyecto? ¿Salieron a la luz algunas erratas u omisiones de diseño?
Junto al Proyecto Básico, ya hemos enviado a trámite las separatas de urbanización, contraincendios y piscinas. ¿Cuánto tardaron en informarlas? ¿Hubo alguna incidencia que afectara al diseño del edificio? ¿Se pudo haber evitado? Comprueba que todo haya quedado recogido en nuestros procedimientos de manera que no permita mejorar nuestro flujo de trabajo y no repetir errores.
En cuanto a la concepción arquitectónica y el diseño de las viviendas, me intriga saber cómo han respondido los residentes. Al fin y al cabo somos diseñadores de un producto que acabará siendo un lugar de vida. Sería muy interesante conseguir algún retorno de experiencia. ¿Las viviendas se corresponden con lo esperado? Deberíamos intentar no desvincularnos del proyecto una vez entregadas las llaves. Es cierto que la mayoría de los clientes finales no son de la profesión y les cuesta leer un plano, pero siempre hay que escucharlos, también son parte de esta aventura. ¿Se han sentido a gusto con los espacios que hemos creado para ellos? ¿Las decisiones de diseño han contribuido a facilitar la habitabilidad y la comodidad en sus vidas diarias?
También me preocupa la calidad de vida. Quiero que averigües si el edificio ha conseguido fomentar un sentido de comunidad entre los residentes. Me pregunto si la opción que hemos elegido para diseñar las áreas recreativas, jardines o salas polivalentes han demostrado ser funcionales y apreciadas. ¿Los residentes han utilizado estos espacios para actividades, reuniones sociales o eventos comunitarios? ¿O han surgido desafíos que no estamos considerando en este momento, en términos de usabilidad y mantenimiento? ¿Las generosas áreas comunes exteriores están siendo disfrutadas y cuidadas? ¿Si no es así, cual crees que ha sido el error? Por favor, apúntalo para tenerlo en cuenta.
La calidad de los acabados de las viviendas es un punto muy importante. Somos seres sensibles, el olor, el tacto, el oído y la vista determinan nuestra valoración subconsciente de un espacio. Tienes que evaluar si las decisiones tomadas en términos de materiales, iluminación natural y artificial han sido acertadas y bien acogidas.
Estamos valorando con la promotora la posibilidad de una certificación ambiental ¿Finalmente lo hicimos? ¿Qué impacto tuvo en el diseño? Hemos propuesto incrementar la energía fotovoltaica más allá de lo requerido por el CTE, cómo valor añadido al proyecto ¿Conseguimos convencer al cliente? ¿Los compradores supieron valorarlo?
No quiero olvidarme de la obra, etapa crucial de cualquier proyecto. Se trata de la concretización material de lo imaginado por nuestro equipo durante meses. Me pregunto si los plazos de contrato se cumplieron y si la obra progresó sin ninguna incidencia de importancia. ¿Hubo retrasos inesperados debidos al diseño que influyeron en la planificación? ¿Conseguimos reducir la cantidad de repasos? ¿Los que tuvimos se alargaron mucho en el tiempo? ¿Cómo se gestionaron y qué lecciones se pueden extraer para futuros proyectos? El respeto al proyecto firmado por parte de la constructora es un asunto que mejorar. Espero que esta obra se haya desarrollado en un entorno de sensata colaboración, porque últimamente derrochamos demasiada energía y tiempo en defender los proyectos. Apúntalo.
Seguro que me he dejado algo, pero mientras te escribo me queda claro que esta profesión es cada vez más compleja y difícil, aunque afortunadamente tiene su parte estimulante y Norman Foster la resume perfectamente: “como arquitecto diseñas para el presente, con una conciencia del pasado, por un futuro que es esencialmente desconocido.”
La suerte que tienes ahora es que estás viendo mi futuro, espero haberlo hecho razonablemente bien.
Un fuerte abrazo.
P.D.: no me resisto a mencionar otro proyecto, aún más importante, que tiene a toda la familia atenta: confío en que el grande de la casa y su hermana hayan alcanzado durante estos años sus sueños universitarios. Seguro que sí.
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Arquitecto coordinador de ejecución en el Estudio Ángel Asenjo y Asociados de Málaga
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